La tecnología LED ha conquistado en los últimos años su lugar como sinónimo de eficiencia energética, ahorro energético, durabilidad y respeto al medio ambiente a la hora de iluminar espacios y crear ambientes flexibles.
La iluminación registró una importante caída de sus ventas entre 2007 y 2009, año en el que la UE prohibió la fabricación de bombillas incandescentes de más de 100W iniciando así un cambio de tendencia en el mercado lumínico. Y, mientras la iluminación tradicional disminuía sus ingresos, un 6% en 2012 y hasta un 9,5% en 2013, la introducción de la tecnología LED, avalada por su ahorro energético, contribuyó a un crecimiento en la facturación de luminarias (en un 21%) y bombillas, tubos, downlights y tiras (en un 40%).
El mayor crecimiento registrado en el mercado de la iluminación, durante el período analizado, se registró en el ámbito de las lámparas y bombillas, gracias a la desaparición escalonada de las bombillas incandescentes y su sustitución por las bombillas de bajo consumo energético y con tecnología LED.
En cuanto al segmento que representa uno de los mayores consumos energéticos de un Ayuntamiento (entre un 40 y un 70%), es decir, el alumbrado público, destaca gracias a las renovaciones de este tipo de instalaciones; con lámparas más eficientes y de mejor calidad se ha logrado un ahorro medio del 65%. Y uno de los grandes responsables de este ahorro es el LED, que además de ser eficiente, permite regular y eliminar el gasto de luz por la noche cuando hay menos tráfico.
Fuente: www.eseficiencia.es
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